A menudo pensamos que hacer una dieta significa suprimir alimentos y comer menos. En definitiva sufrimiento y estar siempre con el ojo en la báscula. ¡No debes pasar hambre! Si esto ocurre está claro que algo falla.
Que levante la mano aquel que no ha tenido que buscar si los carbohidratos se pueden comer por la noche o si hay que salir corriendo de todo lo acabado en – osa. Vamos a ponerle nombres reales y hacerlo fácil.
Lo fundamental para empezar a comer bien es tener la voluntad de hacerlo. Jamás podrás llevar un estilo y una dieta saludable si no tienes una voluntád de hierro. Adquirir la costumbre te va a llevar tu tiempo pero vale la pena, junto con la práctica del deporte, es lo mejor que le puedes regalar a tu cuerpo, ¡recuerda que sólo tienes uno!
Empieza por hacer una buena limpieza en la despensa, evita las tentaciones y compra solo alimentos que te hagan bien.
1. Cuanto más color mejor. Dale a las ensaladas vida, la variedad de colores la enriquece en todos los sentidos.
2. Pasta, sí claro. No dejemos de tomar cada día dosis de carbohidratos del tipo tubérculos, legumbres, cereales… priorizando sus formas integrales con harinas de calidad, evitando los refinados. Si tu objetivo es perder peso recuerda que igualmente los necesitas, aunque en menor medida.
3. ¿Proteínas siempre? ¡Por supuesto!. Debemos ingerir algo de proteína en cada una de las 3 comidas principales, además de ser vitales a nivel estructural nos sentiremos más saciados.
4. 5 frutas y verduras al día. Y si son de temporada mejor. Cada día, en cada comida... ¿no te gusta? No te agobies, empieza poco a poco, introduce cantidades pequeñas de las que mínimamente te llamen la atención, mézclalas con el resto de ingredientes, y poco a poco ves aumentando cantidades. No olvides que el paladar con el tiempo se reeduca.
5. Frutos secos. Mejor en crudo y sin abusar. Recuerda que comer grasa de calidad, no implica acumular grasa, siempre y cuando no nos pasemos con las cantidades: hablamos del aceite de oliva virgen, frutos secos crudos, semillas, pescados grasos o huevos de calidad entre otros.
6. 2 litros de agua al día ¡como mínimo! Si te cuesta y no te acuerdas…ponte alarmas!! Verás que al acabar el día te sorprendes del cambio que has hecho.
7. Huye de azúcares y productos refinados, no sólo nos hacen engordar, sino que traen consigo múltiples problemas a nivel de salud, que es mucho peor.
8. Evita bebidas alcohólicas o azucaradas, igual que ocurre con cualquier producto refinado, lo menos malo es que engordan.
9. ¿Dulces? Cuanto menos mejor. Es muy recomendable ir progresivamente reduciendo cantidades. No queremos decir que los evites del todo, pero es importante que tu paladar te permita apreciar el sabor de una manzana; como más dulces sean los productos que consumas menos te gustarán los sabores naturales. Déjalos para momentos puntuales, y en tu día a día procura minimizar cantidades de azúcar.
10. Y por último si lo que quieres es minimizar el consumo de productos de origen animal, no lo hagas a tu aire a menos que tengas buenos conocimientos sobre como organizar tu dieta correctamente, a la larga podrías tener carencias nutricionales.
Si más allá de estos consejos quieres maximizar resultados en tu dieta saludable, ya sean del tipo pérdida de peso, rendimiento, definición…lo mejor es que consultes con un profesional que ajuste al máximo tu alimentación en función de tus necesidades.
No te lo propongas, ¡hazlo!